miércoles, 14 de marzo de 2018

Cloud Computing

Introducción

La evolución de la tecnología, y en particular la irrupción de Internet, está provocando cambios en los hábitos de consumo, en los modelos de negocio y en los mercados. Estos cambios empujan a las empresas hacia una trans­formación digital para adaptarse y aprovechar las oportunidades de nego­cio que ofrecen la movilidad, la analítica, la nube o las redes sociales.
La nube, en algunos casos considerada la quinta revolución del mundo TIC, permite a las pymes y autónomos adoptar las últimas tecnologías a un coste reducido, alcanzando así mayor productividad con el mínimo esfuerzo. Al utilizar servicios en la nube no sólo ahorran costes sino que también pueden crecer de forma eficiente ya que los servicios en la nube aportan agilidad al negocio nivelando volumen con capacidad. Emprendedores y start-ups han sido las pioneras en utilizar servicios en la nube para extender su negocio llegando sin grandes inversiones a tener un gran número de usuarios, en muchos casos a nivel internacional.
Los proveedores de servicios en la nube (en inglés cloud) prometen a los em­presarios reducir las inversiones destinadas a hardware y software sustitu­yéndolas por gastos en servicios en un atractivo esquema de «pago por uso», a la vez que ofrecen otras ventajas como acceso a los servicios contratados desde cualquier lugar, flexibilidad, escalabilidad, etc.
Pero, aunque sigue creciendo la oferta de servicios en la nube para pymes y autónomos, todavía existe un gran desconocimiento sobre este concepto, y muchas dudas sobre si es seguro utilizarla. De hecho muchos usuarios dis­frutan los servicios en la nube sin ni siquiera ser conscientes de ello.

¿Qué es cloud computing?

El cloud computing, o computación en la nube, es un modelo de computación que permite al proveedor tecnológico ofrecer servicios informáticos a través de internet. De esta forma los recursos, es decir, el hardware, el software y los datos se pueden ofrecer a los clientes bajo demanda.
Esta prestación de servicios permite al cliente el acceso bajo demanda y a través de la red a un conjunto de recursos compartidos y configurables (redes, servidores, almacenamiento, aplicaciones y servicios) que pueden ser rápidamente asignados y liberados con una míni­ma gestión por parte del proveedor. En resumen, permite acceder a los servicios y recursos contratados proporcionando flexibilidad de dimensionamiento y acceso.
El cliente, bien sea una empresa o un particular, se abstrae de la infraestructura tecnológica necesaria para poder utilizar una determinada aplicación, ya que simplemente se requiere un navegador web con conexión a la red para tener acceso a los procesos o a los datos. El cliente puede acceder a los servicios contratados desde cualquier lugar y toldos los días del año, adaptándolos a sus necesidades de forma dinámica. Todo ello sin realizar inversiones en equipos y software, y sin los gastos derivados de su mantenimiento.


La evolución e implantación de este modelo ha sido propiciada por la convergencia de los siguientes avances tecnológicos:
  • El crecimiento de la capacidad de procesamiento y de cálculo de los sistemas desde la aparición de la informática hasta nuestros días ha hecho posible tener ordenadores conectados entre si en redes de alta velocidad (también conocido corno cluster) que multiplican exponencialmente la capacidad de procesamiento. De esta forma los pro­veedores doud pueden «alquilar» esta capacidad (número de procesadores y memo­ria) y el cliente pagar por su uso.
  • La eficiencia de los sistemas de almacenamiento con ratios crecientes de capaci­dad y velocidad de transferencia, hacen posible igualmente su abastecimiento desde centros de datos en la nube.
  • La extensión y abaratamiento del acceso a Internet amplifica la conectividad que hace posible no sólo aplicaciones cómo el comercio electrónico o las redes sociales, sino también el acceso ágil desde cualquier lugar a los centros de datos y de proceso.
  • La proliferación de dispositivos móviles conectados a la red hace posible que empresarios y trabajadores estemos conecta­dos en cualquier situación, de viaje, en clientes o fuera de la ofi­cina. Muchas aplicaciones cloud aprovechan la movilidad que permiten los dispositivos para ofrecer servicios en cualquier lu­gar o incluso adaptados al lugar dónde se encuentre el usuario (gestión de flotas, partes de obra,...)
  • La flexibilidad que ofrece la virtualización de sistemas opera­tivos, servidores y redes que permite a los proveedores cloud aprovisionar los recursos de acuerdo con las demandas de sus clientes.
Para el proveedor, la esencia de este modelo de computación resi­de en ofrecer recursos estándar a los clientes a través internet. Esto quiere decir que despliega, para un servicio, las mismas versiones de hardware y software para todos los clientes que podrán confi­gurarlos para adaptarlos a sus necesidades. Con esto el proveedor consigue, y ofrece a sus clientes, ventajas en cuanto a fiabilidad, flexibilidad y escalabilidad, y mejoras en el rendimiento frente a configuraciones ad-hoc. Esto permite también que los distintos servi­cios sean interoperables, es decir, que se puedan integrar con ma­yor facilidad y rapidez con otras aplicaciones empresariales.
Algunos ejemplos de servicios que se pueden contratar en la nube son: puestos de trabajo, bases de datos, servidores de correo electrónico, almacenamiento, servidores web, servidores de aplicacio­nes, entornos de desarrollo, redes, etc. Además, las empresas pue­den contratar a los proveedores cloud el despliegue conjunto de varias de las aplicaciones de la empresa, como servicios de correo y web, CRM y ERP.
Para el empresario, si lo comparamos con los modelos tradicionales como son el alquiler de equipos o los centros de proceso de datos internos, el cloud computing pone a su alcance sistemas y aplicacio­nes informáticas sin necesidad de adquirirlos, sólo contratándolos como un servicio. En este esquema se sustituye la compra o alquiler de máquinas y software exclusivo por un gasto, por un «suministro», como el agua o la energía eléctrica, al pagar por el uso de los siste­mas y aplicaciones que necesitemos.
Este nuevo modelo evita al cliente, en particular a la pyme o al au­tónomo, la preocupación de comprar y mantener la infraestructura y los elementos técnicos de la misma ya que son ofrecidos por el proveedor como un servicio.
En este escenario de pago por uso, el empresario no tendrá que pre­ocuparse de hacer nuevas inversiones o quedarse con sistemas y aplicaciones obsoletas o sobredimensionadas si cambian sus necesi­dades de recursos informáticos, por ejemplo si tiene que aumentar o reducir su infraestructura por que cambie su plantilla o varíe la magnitud de su negocio si cesa el soporte de una aplicación. Tam­poco tendrá que comprar nuevos sistemas y aplicaciones si abre una nueva oficina o si decide migrar a otra aplicación más moderna. En estos casos solo tendría que modificar su suscripción al servicio para adecuarlo al nuevo contexto.
La siguiente imagen muestra gráficamente las diferencias entre el modelo tradicional y la computación en la nube.



En cualquier caso, de cara a la seguri­dad va a ser clave el establecimiento de acuerdos de nivel de ser­vicio entre el proveedor y el cliente (o SLA del inglés Service Level Agreements). En ellos se definen los compromisos de ambas partes. Estos acuerdos deben contener clausulas en las que se defina la res­ponsabilidad del proveedor en algunos aspectos relacionados con la seguridad: el mantenimiento, las actualizaciones, las incidencias, la disponibilidad y la recuperación de los servicios contratados por el cliente.

Características de los servicios en la nube

Cuando contratarnos servicios en la nube seleccionamos una serie de recursos computacionales como servidores, sistemas de aImacenamiento, aplicaciones o equipos de comunicaciones, y los dimen­sionamos según nuestras necesidades. Así elegimos por ejemplo: el número de procesadores, la memoria, la capacidad del almacena­miento o el número de usuarios. El precio variará según nuestra selección, pero podremos cambiarla más adelante, si cambian nuestras necesidades.
Estas propiedades el pago por uso y la escalabilidad son dos ca­racterísticas que definen este nuevo modelo de computación. La si­guiente tabla describe e ilustra con un ejemplo estas y otras caracte­rísticas de los servicios en la nube.

Pago por uso

 El precio del servicio varía en función de las necesida­des del cliente de manera flexible. 
Si necesito más capacidad de proceso por un pico de trabajo solicitaré más recursos y sólo tendré que pagar más por el tiempo de uso extra.

Acceso desde la red

 Como los recursos están alojados en la red, se puede acceder a los mismos desde cualquier lugar. 
Es posible acceder al panel de gestión de nuestras apli­caciones, y como usuarios, desde distintas oficinas o desde el teléfono móvil.

Recursos compartidos

Los recursos están en re­servas comunes a no ser que se contraten servicios de nube privada, es decir, se comparte hardware y software.
 Las pymes pueden dispo­ner de recursos, por tama­ño o precio, antes sólo des­tinados a la gran empresa.

Recursos a la carta o escalabilidad  

Los clientes pueden redi­mensionar los recursos que contratan de manera rápida y eficaz en casi cual­quier momento. 
Si aumenta nuestra necesi­dad de recursos podernos cambiarla desde el panel de control de cloud y estará a nuestra disposición en un plazo razonable.

Servicio supervisado

El control y la optimización de los recursos se auto­matizan por el proveedor de los servicios en la nube siendo este proceso, transparente para el cliente. 
No tenemos que prever la compra de más equipos o de nuevas licencias de sof­tware, ni tendremos que contratar técnicos para mantenimiento de equi­pos.

Acceso ubicuo a los datos

La principal característica del cloud computing es el acceso ubicuo (desde cualquier lugar) a los datos. Solo se necesita un navegador web y conexión a Internet para disfrutar de los servicios en la nube, no hace falta tener un sistema operativo determinado o instalar un software específico en cada cliente. Se puede utilizar un portátil, un teléfono móvil o una videoconsola conectado a la Red para acceder a las aplicaciones de la nube en cualquier momento.
Actualmente, las tecnologías móviles son una parte importante dentro del modelo de negocio de una empresa. La combinación de dispositivos móviles y fijos crea nuevas oportunidades en el desarrollo de la actividad empresarial permitiendo plena operatividad.
Esta característica supone una gran ventaja frente a otras tecnologías, aunque es importante puntualizar que existen limitaciones: no es posible utilizar las aplicaciones en la nube si no hay conexión a Internet. Además, la calidad y la velocidad de la conexión deben ser altas para poder utilizar el servicio de forma correcta. Por norma general, las aplicaciones de escritorio (aquellos programas que están instalados en un ordenador) tienen un rendimiento mayor que las aplicaciones web debido a que aprovechan mejor todos los recursos del equipo.




Aspectos económicos



A la hora de desplegar un nuevo servicio, el modelo informático basado en cloud computing permite reducir costes con respecto al modelo tradicional, ya que los recursos que la entidad debe destinar son menores, tanto directos (en cuanto a hardware, mantenimiento, personal, etc.) como indirectos (instalaciones, suministros, etc.), de tal forma que parte de los costes fijos pasan a ser variables.

A la vez, las entidades pueden contratar un servicio en la nube por una cantidad al mes y en función de cómo evolucionen sus necesidades, aumentar o disminuir los recursos de procesamiento, sabiendo que se va a pagar por uso efectivo.


Escalabilidad y flexibilidad



La sencillez con la que se pueden añadir o eliminar recursos también supone una ventaja frente al modelo tradicional. Fuera de la nube, cuando un administrador del sistema necesita instalar una unidad de disco duro adicional, debe elegir el producto y seguir un protocolo para realizar la compra, recibir, instalar y configurar el equipo para su puesta a punto. Si transcurrido un tiempo el volumen de usuarios desciende o varían las funcionalidades del sistema, ya no se podrá dar marcha atrás.

Debido a la gran escalabilidad y flexibilidad del cloud computing, todos los proveedores de servicios ofrecen la posibilidad de añadir o eliminar recursos en cuestión de minutos, aumentando el almacenamiento o el número de procesadores sin que la aplicación se vea afectada. No hay que instalar nada en el sistema operativo, ni configurar unidades de hardware adicionales. Del mismo modo, si pasado un tiempo se detecta que el servicio en la nube no requiere tanta capacidad de procesamiento, se pueden disminuir sus recursos para adecuarlos al volumen de trabajo necesario en cada momento.


Deslocalización de datos y procesos



En un sistema informático tradicional, el administrador del sistema conoce en qué máquina se almacena cada dato y qué servidor es el encargado de cada proceso. El modelo en la nube hace uso de distintas tecnologías de virtualización para poder ofrecer todas las funcionalidades necesarias, por lo que se pierde el control sobre la localización. Esto no significa que los datos o procesos estén perdidos en Internet, puesto que el cliente mantiene el control sobre quién es capaz de acceder o modificar esta información.

La ventaja es que se pueden llevar tanto los datos como los procesos al lugar más conveniente para la organización. Por ejemplo, se pueden utilizar múltiples copias de un servidor y repartirlas por centros de proceso de datos en distintos puntos del planeta para mejorar los tiempos de acceso de los usuarios. Además, facilita el mantenimiento de copias de seguridad no solo de los datos sino del servidor entero, del sistema operativo y los programas instalados en él.
La localización de los datos puede incidir significativamente en el régimen jurídico aplicable y en las condiciones del contrato. En determinados casos podría requerirse cumplir con los requisitos previstos para las transferencias internacionales de datos personales.


Dependencia de terceros



Tanto si se trabaja con una nube pública como con una nube híbrida, existirá una empresa contratada para proveer los servicios necesarios. Los beneficios de contar con estas empresas es que se encargan de todo el mantenimiento del hardware, recintos especializados para los centros de procesamiento de datos, suministro eléctrico y conectividad a Internet, etc.

Los proveedores de servicio en la nube no solo hospedan un servidor web (como ocurre en el hosting tradicional), sino también todos los procesos y datos que están en la nube, además de las copias de seguridad. Es decir, que comparten parte de su control con el usuario u organización.
El establecimiento de un nivel adecuado de transparencia en el mercado a la hora de negociar los términos y condiciones en los contratos es fundamental para contrarrestar la falta de control derivada de la dependencia de terceros.


Tipos de Nube


1. Nube Pública

Un servicio de Nube Pública es cuando el proveedor proporciona sus recursos de forma abierta a todas las entidades que lo deseen, desde particulares a grandes corporaciones. Este tipo de servicios son los que ofrecen Amazon, Azure de Microsoft o Google Engine.

2. Nube Privada

En la otra parte de la balanza se encuentra el Cloud Privado, que es una cuando el proveedor realiza la implementación y administración del sistema para la entidad que forma parte de ella. Las entidades que optan por este tipo de sistemas son aquellas que tienen un alto nivel de complejidad y necesitan centralizar sus recursos, como pueden ser grandes corporaciones o administraciones públicas. El sistema que más está destacando para este tipo de servicios es Openstack, solución OpenSource.

3. Híbrida

Como su propio nombre indica esta solución esta compuesta por las dos anteriores , donde una parte de los servicios y la información se ofrece de manera pública y otra de manera privada. Este tipo de soluciones tienen mucho potencial, ya que permiten hacer crecer tu sistema contratando a terceros lo que vayas necesitando. Este tipo de servicios también se pueden realizar con Openstack

Modalidades de Servicio


Los proveedores de Cloud ofrecen una serie de servicios adicionales que ajusta la oferta a las necesidades del cliente. En función de lo completa que sea la solución que se ofrece tenemos Infraestructura como Servicio, Plataforma como Servicio o Software como Servicio.

1.- Software como Sercicio (SaaS)

Podemos hablar de este sistema cuando el usuario se encuentra con todas las herramientas para implementar todos los procesos necesarios para la empresa.

2.- Infraestructura como Servicio (IaaS)

No existe valor añadido, el proveedor ofrece capacidad de almacenamiento y proceso en bruto , siendo el usuario el que construye las aplicaciones que necesita desde cero.

3.- Plataforma como Servicio (PaaS)


En este caso, se ofrece herramientas y utilidades para facilitar la construcción de aplicaciones , como puede ser base de datos o entornos de programación.